
Normalmente cuando termino una función, el público se acerca para ver las marionetas. Tanto niños como adultos, quedan encantados con el hada Fada, el duende Beleño o el pequeño dragón azul. Pero el caso que ahora mismo les cuento es de lo más sorprendente.
En febrero de 2006, participé en el VII Salón del Libro Infantil y Juvenil de Pontevedra y fue allí donde una de las organizadoras se enamoró del malo del cuento, el ogro Petitsuit.
Fue un auténtico flechazo, así son las cosas del amor.
Aunque sea dificil de creer, los muñecos que hacemos con tanto amor, cuidado y delicadeza, quien sabe porque sortilegio mágico terminan teniendo vida, una vida diferente... ya que necesitan de nuestra vida para poder vivir...pero vida es vida ...o no? Quiero aprender a hacer bellos títeres, gracias por enseñarnos :)
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