Crónica del estreno del Drago Mágico.

Como si un cuento de miedo se tratase, el día empezó gris y desapacible; de ahí la gran sorpresa al ver que poco a poco, según se iba acercando la hora de la presentación de este nuevo espectáculo de Cuentos con Encanto, la afluencia de público familiar era cada vez más notoria.

Para mí, fue un auténtico placer, el poder disfrutar de un espectáculo que funcionó como estaba previsto. Cuando el texto y la palabra son una parte importante del entramado de una función de marionetas, no cabe duda que ver que la dramaturgia funciona, es una gran satisfacción.

Antes de comenzar y hablando con los responsables del acto sobre la historia, les comentaba que ésta tenía todos los elementos de un auténtico cuento canario. Todo aquel que se haya adentrado en la historia; tanto prehispánica como posterior a la conquista de Canarias, habrá notado el gusto por los relatos de misterio en este archipiélago.

Recordé con cariño aquellos cuentos que nos contaban de pequeños, en donde los espíritus, cocos y demás seres malvados eran vencidos por las gentes de este lugar, gracias a su astucia y valentía. Aquellos narradores que nada sabían del teatro y sus entresijos, ponían una gran fuerza en la voz cuando presentaban a estos personajes y nosotros nos juntábamos cada vez más unos contra otros, de puro miedo; pero nos gustaba tanto que no dudábamos en pedir una y otra historia y si era de miedo, mejor.

Así pues, este cuento canario como digo, es clara presentación de estos textos, llenos de momentos de misterio y tensión, entremezclados con una dosis de buen humor y situaciones cómicas que hicieron las delicias del público asistente.