jueves, 2 de septiembre de 2010

Un cuento canario en un lugar con mucha historia.

Hacía muchísimo calor y ya por la mañana, la organización me había comunicado el cambio de la ubicación de la función prevista para la tarde. 

Una vez allí y como es normal para la realización de una función de marionetas: lo primero es montar la estructura, colocar las marionetas, el equipo de sonido y hacer las pruebas previas para que a la hora prevista, todo esté en perfectas condiciones para mostrar al público asistente el espectáculo programado, que esta ocasión era El Drago mágico, basado en una leyenda canaria.

Cuando ya estuvo todo preparado, fue cuando tuvimos tiempo para observar con detenimiento el lugar en el que nos encontrábamos. Se trataba de la Plaza Teresa de Bolívar, un lugar de una belleza extraordinaria; que sin darnos cuenta nos iba a trasladar a lugares muy lejanos y a una historia que sin lugar a dudas, está entroncada con una parte de la historia de Canarias.

La plaza, ubicada frente a la basílica, fue adquirida por el ayuntamiento de Teror en 1953, que más tarde sería reformada, a petición del artista canario Néstor Álamo

Existe en dicha plaza un busto del libertador Simón Bolívar, dado que los orígenes de su mujer los relacionaban con este municipio grancanario. Hay también dos fuentes: una adosada al parámetro del naciente, en la que se puede ver un pino labrado y un escudo de armas, así como dos bancos de piedra cuyos respaldos representan los escudos de Gran Canaria y Tenerife.

Como pueden ver, estaba a punto de actuar en un lugar emblemático que me dejó fascinada. Afortunadamente, a la hora de la función el calor remitió y el público pudo disfrutar de un relato canario que pretende acercar nuestras raíces a los más pequeños, así como el amor a la tierra y el respeto a la naturaleza.

2 comentarios:

Marián Lario dijo...

Enhorabuena Elisa :)

Siempre cautivándome con tu mundo de marionetas y cuentos :)

http://elgatoazulprusia.blogspot.com/
La ilustración infantil contada paso a paso

Elisa García dijo...

La fascinación es mutua Marián. Muchas gracias y un abrazo.