El Drago mágico, nuevo espectáculo de Cuentos con Encanto.

Están estas mis islas, plagadas de historias y leyendas. Historias llenas de reyes legendarios, héroes, bellas guerreras y piratas.

Algunos de estos relatos, han llegado hasta nosotros gracias a la trasmisión oral o a través de algunos escritos de cronistas de la época.

El guión avanzó con rapidez, sea porque la historia elegida me gustó mucho o bien porque no era la primera vez que adaptada una historia de las islas a un espectáculo de marionetas. Por ejemplo: "Augures" se basó en la leyenda de Gara y Jonay, recorrió toda la Comunidad Autónoma Canaria y finalmente se presentó en Titirilandia - Fiesta del Títere de Madrid, allá por el año 1995.

En esta ocasión es un árbol el que ha inspirado este nuevo y curioso espectáculo para marionetas. El drago canario, Dracoena Draco o Draco Palma Canariensis, es un impresionante árbol de ramas espesas, cuyas hojas simulan afiladas espadas. Su fama proviene de su peculiar resina, la cual es densa y del color de la sangre, conocida ya en los tiempos de los romanos por sus propiedades curativas.

Para los guanches, aborígenes de las Islas Canarias, representaba la manifestación terrenal de un dios protector y la leyenda que ha dado pié a esta nueva creación de Cuentos con Encanto, se titula La leyenda del Drago Milenario y es la que sigue:

Cuenta la leyenda que hace muchísimos años desembarcó en la costa de Tenerife, concretamente en la playa de San Marcos, en Icod de Los Vinos, un mercader ansioso por adquirir Sangre de Drago muy apreciada en la época.
Pero he aquí que al llegar a dicha playa, se fijó en unas jóvenes muchachas que se divertían bañándose en aquella cálida tarde de verano. El mercader, de carácter avaricioso, se propuso capturar a alguna de aquellas bellas guanches y se lanzó perseguirlas. Logró dar alcance a una y pensó en lo fácil que le había resultado. Pero no reparó ni por un momento en la inteligente mirada de la doncella a quien tenía cautiva.
Entonces ella le ofreció, como muestra de amistad, hermosos frutos propios de la isla. Tan complacido se sintió el confiado hombre, que se sentó a comer y no prestó atención a la astuta muchacha, que aprovechó para saltar al otro lado de un barranco cercano.
Se escondió entonces entre los árboles mientras el confuso mercader intentaba adivinar su silueta entre el denso bosque. De pronto apareció ante él un árbol extraño y aterrador que, blandiendo sus ramas como espadas y cuyo tronco serpenteaba amenazadoramente, protegía tras su asombrosa presencia a la indefensa muchacha.
Dicen que entonces el mercader, preso del terror, lanzó un arma afilada que llevaba en la mano, la cual fue a clavarse en el tronco de aquel árbol. Y cuentan que empezó a gotear la herida producida un líquido rojo y denso que parecía sangre. Ante tal visión el hombre aturdido, huyó como alma que lleva el diablo y, una vez pudo alcanzar su embarcación, se perdió mar adentro.

Sin embargo, no esperen encontrar en mi cuento, ni mercaderes, ni cuchillos lanzados al aire; esta leyenda me ha prestado los suficientes elementos, tanto mágicos como dramáticos, para hacer una adaptación al mundo de los cuentos infantiles. El resultado ha sido una obra intrigante y divertida; que pretende acercar algunos rasgos característicos de la historia canaria, a los más pequeños.

En la foto, pueden ver a los dos protagonistas principales del cuento, Ico y el Drago mágico.