La navidad es un momento en el que solemos estar más propensos a dejar volar nuestra imaginación. Sin duda, es la época en que se emiten mayor cantidad de películas donde la fantasía está siempre presente.
Sin embargo, el carácter de infantiles desacredita a los cuentos, ya que en general infantil y cuento son sinónimos de mentira.
Recordemos que sus orígenes se remontan a los albores de la literatura. Muchos de ellos han desaparecido sin dejar rastro dado que su soporte durante muchísimo tiempo fue la transmisión oral. Pero otros muchos fueron rescatados por los recopiladores que supieron interpretar su significado profundo y su valor cultural, saltando gracias a ellos a las imprentas para hacerse inmortales.
Dejemos pues volar nuestra imaginación hasta lugares insospechados. Leamos cuentos y lean cuentos a los niños, porque el ser humano necesita soñar, poner en funcionamiento su imaginación para aprender a vivir en este mundo, con optimismo y esperanza.