Muchos son también los que los han estudiado e investigado, como el conocido Vladimir Propp que los analizó de forma exhaustiva. Cada vez son más los que piensan que los cuentos populares, los cuentos maravillosos o de encantamiento, contribuyen al desarrollo del aprendizaje infantil.
Suelen tener una estructura sencilla, constante; una clara clasificación de las situaciones y unos personajes perfectamente tipificados. Por ello, podemos encontrar en los cuentos numerosos elementos educativos. Desarrollan la capacidad de atención, estimulan el pensamiento creativo, el conocimiento de la cultura popular y la resolución de conflictos psicológicos.
Sobre este último punto, el psicólogo Bruno Bettelheim, opina que los cuentos son una fuente inestimable para el desarrollo emocional de los niños; ya que todos y cada uno de ellos transmiten una idea. La idea de que las dificultades de la vida son inevitables, nos guste o no. Pero si, cual héroe o heroína de un cuento se tratase, nos enfrentamos a ellas, conseguiremos salir victoriosos.
Como dijo el escritor G.K. Chesterton:
Los cuentos de hadas son más que ciertos;
no porque nos digan que los dragones existen,
sino porque nos dicen que pueden ser vencidos.