Comienzan los ensayos.

Se acerca el gran momento, el instante único de la presentación de una nueva creación, el esperado encuentro con el público.

Para ello y durante meses se ha trabajado en diferentes facetas de este arte milenario: el guión, la creación de los personajes, los decorados y los mecanismos necesarios para la puesta en escena, la luz y la música. Todo esto confluye hacia un solo punto: los ensayos.

Es la primera toma de contacto con cada muñeco, mientras se ultiman los últimos detalles, (los soportes de los decorados) y el atrezzo (elementos que utilizan los personajes, como: un cubo, una cuchara, una zanahoria, etc.)

Poco a poco comienzan a perfilarse los personajes. Cada uno ha de tener una forma particular de andar, de moverse, su voz y su personalidad. La materia inanimada toma movimiento, cobra vida.

El esfuerzo ha valido la pena, la maquinaria del teatro de títeres se despliega como una abanico que nos brinda múltiples posibilidades, toda la experiencia acumulada durante años, sale por las manos del titiriter@, que de esta manera se transforma de un silencioso creador a un transmisor, un comunicador.