A pesar de que los cuentos fantásticos se mueven entre lo mágico y lo maravilloso, están basados en la realidad, ya que hablan de personajes claramente reconocibles que a su vez tienen comportamientos también reconocidos.
En ellos nos encontramos con príncipes y princesas, marineros, niños y niñas que pueden resultar familiares a los niños, sencillamente porque son idénticos a ellos mismos. A través de los cuentos viajamos a países inventados algunos, reales otros, islas perdidas, barcos que surcan mares lejanos, bosques y lagos.
Aparecen también, quizás lo más importante, los deseos de sus protagonistas, que según creo podremos adaptar sin mucha dificultad a nuestros propios deseos de superación de los problemas diarios y nuestras preocupaciones.
Por esta razón, insisto en que la recuperación del cuento popular es un instrumento importantísimo para la educación y también para la creación literaria de nuestro tiempo.
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