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El estreno de Guille y la madrastra de Blancanieves.
El viernes pasado fue el estreno de Guille y la madrastra de Blancanieves, el último espectáculo de Cuentos con Encanto. Como no me corresponde a mí hacer una crítica del espectáculo contaré, como siempre, cómo lo viví yo desde dentro.
Hacía mucho más calor que la semana anterior cuando estuve representando Lilith y la zanahoria mágica, pero también había mucha más afluencia de público en la sala.
Me resultaba curioso presentar este trabajo en una playa, los decorados y la historia en sí misma, nos transporta a lugares muy lejanos tanto física como temporalmente, sobre todo el último, el decorado de la luna.
Justo antes de empezar la función, invité a los presentes a realizar un viaje, un viaje de fantasía; a abrochamos bien fuerte el cinturón de seguridad para vivir juntos esta entrañable aventura. Cuando Guille regresa de la Luna y su abuelo despide el espectáculo, sentí que volvíamos a poner los pies en la Tierra, nuestra querida Tierra. El público estaba encantado y por cierto, mucho más fresco que yo.
Me quedó la sensación de que hubo muchos momentos mágicos y me llevé a casa el aplauso cálido de un público lleno de sonrisas.
En la foto, Cándido y yo con dos marionetas del espectáculo.
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2 comentarios:
Son sensaciones que le llenan a uno desde fuera. El calor y la participación que demuestra el público es de vital importancia para que, desde dentro, fluyan las buenas energías en la representación.
De todas formas, jejejeje... , la veteranía es un grado importante, y si algo falla, brotarán como magia las tablas que tienes a tus espaldas, y con un poco de picardía, las sonrisas están garantizadas.
Me alegra mucho vuestro éxito, y que siga así por tiempo indefinido.
Un abrazo, amigos.
Gracias como siempre por tus comentarios, amigo. Tú si que tienes buena energía,
un abrazo.
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