miércoles, 28 de noviembre de 2007

Cómo preparar un cuento para poderlo contar.



Lo primero y más importante es encontrar un cuento, historia o relato que nos guste, que nos motive e incluso que nos entusiasme. Para los principiantes, recomiendo los cuentos a ser posible populares, ya que éstos han sido contados innumerables veces.
Al estudiarlos detenidamente, veremos que suelen empezar con la presentación del personaje principal, el lugar dónde vive y la época en la que se desarrollará el relato. Más adelante se iniciarán las acciones, por ejemplo: el protagonista abandona su casa en busca de fortuna (primera acción); se encuentra con algún personaje mágico o un animal al que ayuda y por eso éste le dará un objeto mágico o un consejo (segunda acción); por el camino se aparece un malvado dragón que ha raptado a la princesa (tercera acción), y finalmente nuestro héroe vencerá al dragón y rescatará a la princesa gracias al objeto mágico o el consejo, (última acción o también llamado, el desenlace).
Una vez echo ésto, ya tenemos el esquema que nos servirá para recordar las secuencias del cuento, (que no es memorizarlo, como ya he comentado en otras ocasiones). Hay que desterrar de la narración todo lo superfluo, como grandes descripciones, muy bonitas y poéticas en muchos casos, pero que desorientarían al auditorio y nos desviarían del objetivo central del cuento.
Y para terminar, buscaremos vocablos fáciles de entender. Por una razón bien sencilla, cuando leemos tenemos la posibilidad de ir atrás, si nos hemos perdido o no hemos entendido muy bien el significado de alguna palabra, pero cuando alguien está contando un cuento, ésto no es posible por tanto, si eliminamos palabras poco usuales evitaremos que nuestros oyentes se queden anclados en ella y pierdan el resto de la narración.




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